En febrero de 2015, cuando tenía 23 años y estudiaba Derecho, Mauricio Ossola decidió casarse por civil con su tía Yolanda Torres, una docente jubilada de 91 años, que murió en abril de 2016.
Ossola y Torres se casaron en "un discreto matrimonio civil", de acuerdo a lo explicado por el joven abogado, quien sostuvo que su casamiento "fue una decisión noble y legítima". "Ella fue un sostén importante en mi vida y esa fue su última voluntad", reconoció en una entrevista con el diario El Tribuno de Salta.
Ossola vivía desde 2009, cuando se separaron sus padres en la casa de la localidad de Tres Cerritos con su madre, su hermano, su abuela y la hermana de ésta, Yolanda, con quien finalmente se casó.
A mediados de 2016, tras enviudar, el joven comenzó a tramitar la pensión ante la (ANSeS) y el organismo, a su vez, envió técnicos a su barrio para realizar un informe socio ambiental. Y entre otras cosas, determinó que los vecinos no tenían conocimiento del enlace. Ante ello, área de Asesoría Jurídica rechazó la petición.
Ossola dijo que aún no se notificó de esa resolución. "Voy a recurrirla y, de ser necesario, llegaré hasta las últimas instancias de la Justicia Federal para defender ese derecho".
"Si tengo que ir hasta la Corte Suprema, lo haré, porque el rechazo a mi petición es infundado y no traicionaré la última voluntad de Yolanda ni el juramento que le hice", agregó el salteño. Además, señaló: "Cuando comencé a gestionar la pensión, a mediados de 2016, presenté todos los papeles y acredité los extremos fácticos que la ley me pedía".
Y recordó que su tía y esposa "con más de 90 años tenía una lucidez asombrosa pero ignoraba las cuestiones de derecho y quería estar completamente segura de que nuestro matrimonio no tendría ningún vicio de ilegalidad".
Ossola también mencionó que tras su caso no cree "que pudiera llegar a darse un efecto dominó, pero comparto que el Congreso siempre puede, si quiere, mejorar las leyes".